21.7.06

FELIZ CUMPLEAÑOS!!!!!

Y taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan feliz... Aún estoy pensando si repetir 23 o dar una oportunidad a los 24. He sido buena, y como compensación, igual que con los puntos del carné, me han regalado 2 años más, para que haga con ellos lo que quiera. He pensado gastar uno directamente, a ver si el próximo año es igual de bueno y me dan otros 2 más. Aunque hay algunas cosas que no me han convencido este año, y que sé que en el siguiente irán mejor, así que eso me empuja a cumplir 24. Es un dilema que tengo que resolver en menos de 20 horas...

-¿Qué quieres por tu cumpleaños, hija?



Mmmmm... entonces cumplo los 24... Total, como por dentro no voy a crecer...
Y para el año ke viene, pues sólo tengo ke ser un poco menos pesada.


Y bueno, mi cuento de cumpleaños sacado del cajón y desempolvado, me viene ke ni pintado.


LA DOROTEA

Mi abuela me contó que hay una mujer en el mundo a la que todos aman, una mujer infinitamente triste, una mujer que sólo sufrió una derrota pero que fue más grande que todas las derrotas del mundo. Una sola decepción que fue culpa de un hombre despechado que no supo quererla como el resto. Su nombre es Dorotea. Y tiene la sonrisa más triste de todas las sonrisas.

Dice mi abuela que cuando Dorotea sonríe a la luz de las farolas, hasta el último insecto de la noche siente impulsos de volar junto a la sombra que va dejando a su paso. Cuando Dorotea sonríe a la luz de las estrellas, todos, hasta el hombre que vive en las montañas, sienten el impulso de sonreir también. Y Dorotea sonríe de noche porque la luna le muestra su interminable belleza, su aplastante belleza de sirena varada en una playa perdida. Porque Dorotea tiene alma de sirena y sonrisa de mujer infinitamente triste.

La melancolía de la enorme ballena blanca que es Dorotea se metió en su cuerpo en el mismo momento en que el hombre que transformó su vida en una desdicha infinita desapareció dejando detrás, sólamente, la estela plateada de su pequeño barco de vela. Y esa melancolía, que la convierte en la única mujer del mundo capaz de sonreir con tanta tristeza dentro, se quedó para siempre enredada en sus costillas. Aquel momento que pareció eterno convirtió a Dorotea, no sólo en la mujer más grande de la tierra, sino también en la más triste y en la más mágica.

Dorotea es inmensamente grande, e inmensamente bella. Nadie existe en el mundo que no la considere la mujer mas bella de todas, nadie existe que no se sienta atraido por su mirada magnética. Su enorme cuerpo de ballena, en total armonía con su sonrisa de plata, también gigante, completan, como en un círculo perfecto, su naturaleza de mujer.

Dorotea nunca habla, excepto cuando lo considera imprescindible. Y las palabras que salen de su boca son aquellas que a nadie se le habrian

ocurrido. Nunca habla, pero parece entenderlo todo mejor que ninguno otro, y cuando estás cerca de ella, tus problemas pierden importancia, y nada hay que perturbe la tranquilidad que provoca. Cuando Dorotea te acompaña con la melancolía de su mirada infinita, invade tu cuerpo un sentimiento de paz que se antoja eterno. Cuando te acompaña con su triste sonrisa, una sensación de felicidad se te cuela dentro, entre los más pequeños y los más grandes pensamientos de tu interior.

Nadie sabe cuantos años tiene, pero podría ser muy joven o muy vieja, pues su rostro es atemporal, como congelado en la distancia entre lo más profundo del profundo océano y lo más elevado del cielo más alto de todos. No tiene edad y nadie sabe de donde vino. Su nombre se escucha siempre cerca del mar. Todo el que la ha visto, o todo el que dice haberla conocido, dice que se sienta cerca de la orilla, con el agua mojando los inmensos dedos de sus inmensos pies.

Cuando la mujer mas bella del mundo se enamora, no hay nada que hacer. Cuando la mujer más hermosa del mundo se enamora del hombre equivocado, aún hay menos que hacer. Dorotea se enamoró del hombre más solitario y más inestable del mundo, del más sano y el más enfermo. Del mejor socio que tenía la soledad. Se enamoró de cada uno de sus gestos, de cada una de sus miradas, de sus manos de campesino y sus ojos de tierra seca. Se enamoró de su independencia, de su locura, de sus ganas de libertad.

Cuando él se dio cuenta de que la mujer más hermosa del mundo estaba enamorada de él, sintió un profundo miedo. Pensó que no sabría responder con sus sencillas palabras a los silencios de ella. Y huyó. Y desapareció del mundo conocido. Y se fué donde nadie supiera lo que había hecho. Donde nadie supiera que se había convertido en el hombre más cobarde de todos.

Dorotea sintió entonces, en respuesta a su gran pasión, una decepción aún más inmensa, y pensó que nunca recuperaría su sonrisa. Pensó que su belleza terminaría por consumirse, que nunca más sería feliz. Y deseó que nadie sufriese un dolor en el pecho como el que ella sentía, y lo deseó con tanta intensidad, y amaba a aquel hombre con un amor tan puro, que desde ese momento su melancolía eterna convirtió en felices a todos los que la contemplaban.

Los que la conocieron, dijeron de ella que no tenía fin, los que laescucharon, si esque alguno la escuchó en realidad, dijeron que su voz era más clara que el agua cristalina, y que sus palabras eran las acertadas, las que había que decir en el momento en el que las decía, pero que a nadie se le hubieran ocurrido sino a ella. Los que alguna vez miraron sus ojos, decían de ellos que eran inmensamente oscuros, inmensamente tristes e inmensamente bellos, que no había fondo en su mirada, y que entraban tan dentro de ti que te hacían parecer pequeño y transparente.

Aquellos que la vieron la amaron, aquellos que escucharon su voz, la amaron más aún. Aquellos que oyen hablar de ella, quieren conocerla y amarla también. Aquellos que buscan una palabra y no la encuentran, deben saber que Dorotea la está pronunciando, allá donde esté.


Gracias a todos por mis 23



Te daré todo el tiempo del mundo

hasta que creas que estoy preparada

esperaré y esperaré

hasta que creas que estoy preparada...

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