24.5.10

No es más ke un momento. Un momento ke se te hace eterno. Pero al fin y al cabo basta con deshogarse y llorar. Llorar, eso sí, como si te abrieran en canal y te mirasen por dentro. Y no merece la pena. No es para tanto, te dices. Si es solo un ir y venir de los días. Pero duele igual. Y vuelve a sonar akello de ke kerrás ke sea igual y será distinto, y duele. Como una mentira gorda. Duele. Y mañana, se te olvida y cantas. Y parece ke no ha sido nada. Pero poco a poco se te consume el alma. Se hace más pekeña. Casi no se nota. Pero duele. Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez... Ya está. Se fue.

LOS LIBROS DE HISTORIA NO SON DE VERDAD

En una sociedad que hace apología del raciocinio, que critica las utopías y que no acepta idealismos, repetimos, a pesar nuestro, los mismos...