27.7.08

21.7.08

ONE MORE DAY

have you ever been blue?

Have you ever confused a dream with life? Or stolen something when you have the cash? Have you ever been blue? Or thought your train moving while sitting still? Maybe I was just crazy. Maybe it was the 60's. Or maybe I was just a girl...interrupted.




feliz cumpleaños

14.7.08

11 DÍAS SIN GILDA

Existe una leyenda que cuenta que aquí, donde ahora mismo estamos sentados, sólo había una llanura infinita. Que no había accidentes geográficos, ni montañas, ni ríos Que no había vegetación, no había árboles, ni plantas. Que todos los caminos, todas las casas, todas las puertas y ventanas eran la misma. Que aquí, una vez, todos los horizontes fueron el mismo y se confundían con la tierra.

Y que aquí vivían Los Eternitas.

Eran un pueblo casi como cualquiera, excepto por una cosa, no envejecían. Una vez el tiempo se les paró y ya no crecieron más, pero hace tanto de aquello que ya nadie lo recuerda. No sabían si eran niños o lo que era ser mayor. No cumplían años. Siempre eran iguales y nunca cambiaban. Como no había tiempo siempre era de día y no había estrellas, ni luna, ni lluvia ni mar. Cuando un Eternita miraba alrededor sólo veía más Eternitas. Cuando un Eternita despertaba en la tierra, sólo veía tierra, seca, árida, casi amarilla. Y no conocían otros colores que el cielo y el suelo, no conocían otros olores que la arcilla o el aire. Y vivían sin conocer nada más que su llanura. Y más allá ya no había nada.

Los Eternitas eran gente antigua, de piel de arena y de ojos grises como las nubes. Los Eternitas nunca estaban tristes, pero les faltaba algo que no les dejaba ser felices del todo. Hasta que un día ocurrió algo que los cambió para siempre, que los convirtió en Eternitas Eternos.

Hasta que de pronto, en medio del día eterno, las nubes taparon el sol y tras largo rato de oscuridad gris empezó a caer del cielo algo extraño, parecían lágrimas, llanto de las nubes. Lo llamaron lluvia y abrieron la boca, dejaron que entrase hasta sus barrigas y, Los Eternitas, calmaron la sed que siempre tuvieron pero sin saberlo. Y cantaron juntos y otra vez bailaron hasta que las nubes desaparecieron y desde ese día todo fue distinto.

Desde el día que llamaron El Primero, los cambios fueron sucediéndose sin descanso. Conocieron la noche, y con ella descubrieron también el frío, y los Eternitas, que no conocían nada más que el sol, sintieron miedo.

Los cambios sucedieron rápido, tantas cosas nuevas que les sorprendieron, y los sentimientos que antes les faltaban, que antes no tenían, llegaron de golpe, y fueron felices, y sintieron pena, y cada segundo era diferente y comenzó el tiempo de los Eternitas.

Salieron colores nuevos en el suelo, colores distintos, que no conocían. Pedazos de vida brotaron por momentos de la tierra, crecían verdes, marrones, amarillos, blancos, que formaban grandes y pequeños dulces que tenían olor, que tenían sabor. Y los Eternitas se sorprendieron al probar los trozos de lo que crecía, que les quitó el hambre que tampoco conocían.


Los Eternitas tenían la piel de tierra y se distinguían por sus dibujos. Sus tatuajes. Cada vez que llovía, con agua y polvo del barro se pintaban trazos, círculos, caminos que les recorrían de pies a cabeza, de cabeza a pies.

Cuando se levantaba el aire, Los Eternitas cantaban al viento cuando lo oían, como un impulso, como un instinto que nadie sabe de dónde viene. Y dejaban que se les metiera dentro porque formaba parte de ellos, porque les hacía ser más felices. Y el viento levantaba el polvo, y entre ese polvo bailaban hasta que volvía la calma. Y reían. Y se sentían mejor.


En donde estaba la aldea, parecía que la tierra se ablandaba, que en vez de arena y polvo, de la tierra salían manos que los tocaban los pies, manos suaves que parecían cabellos, y por un momento pensaron que estaban en la cabeza del mundo. Y uno de Los Eternitas quiso llegar aún más lejos. Hasta el corazón. Y los demás, que no lo entendieron, le convencieron de que estaban bien allí donde estaban y allí se quedaron.

Una mañana Los Eternitas despertaron y en medio de su aldea había brotado un árbol gigante, La Nariz del Mundo, y todo ese día y toda la noche lo celebraron bailando a su alrededor. Comieron todos los frutos que daba, y bebieron toda la ambrosía de sus flores. Y la luna era más grande que nunca y cantaron hasta que se hizo de día y ya no quedaba más. Y se quedaron dormidos bajo la sombra del árbol. Al despertarse el primero de los hombres, ya no estaba, y despertó a los demás. Todos comenzaron a inquietarse, y el primero empezó a ser el centro de las miradas y de todas las preguntas. ¿Dónde está? ¿Qué ha pasado? Y uno de ellos lloró, y nunca antes habían visto a un Eternita llorar, y el silencio se adueñó de todo el pueblo y dejaron de mirarse unos a otros.
Desde entonces las cosas fueron distintas. Los Eternitas se volvieron solitarios, y llorar ya no era extraño y sucedía muchas veces. No eran una familia, sino varias. Y entre ellos ya no eran todos amigos. Unos pensaban que el árbol se había ido porque alguien había intentado robarlo, otros que aquellos otros lo tenían escondido. Inventaron la desconfianza y el odio. La envidia y la codicia.

Comenzaron las peleas. Y empezaron a utilizar todo lo que encontraban para cosas que nunca lo habían usado. Los palos ya no servían para hacer música. Las piedras ya no eran utensilios de cocina. El fuego ya no servía sólo para calentarse. Ahora eran lanzas, armas. Las plantas que nunca tocaban antes, ahora eran veneno para los demás. Empezaron a caer los eternitas, uno tras otro, a morir los más ancianos y con ellos la verdadera sabiduría. Ya no tenían a quién pedir consejo, así que cada uno tomaba decisiones que sólo le servían a él, y a su familia, pero que traía problemas a los que vivían cerca. Comenzó la guerra.

Pasaron los días y las casas ardieron, el suelo se empezó a secar, nadie se ocupaba ya de ir a buscar agua, nadie se ocupaba de dar de comer a los animales. Se olvidaron de enseñar a los pequeños, y ya nadie se acordaba de hacer reír a los niños.

Y 39 noches después la luna se volvió roja.

Al amanecer ya no quedaba nadie. ¿Se habían ido todos? No quedaba más que el humo del fuego. Y el suelo había crecido casi hasta el infinito y a lo lejos el sol se reflejaba en el agua.

Había ríos y lagos donde estaban antes las casas, y había árboles donde dormían. Y en el lugar donde antes no había nada ahora están los Pirineos.

13.7.08

POLISEMIA

amor.

(Del lat. amor, -ōris).

1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.

4. m. Tendencia a la unión sexual.

5. m. Blandura, suavidad. Cuidar el jardín con amor

6. m. Persona amada. U. t. en pl. con el mismo significado que en sing. Para llevarle un don a sus amores

7. m. Esmero con que se trabaja una obra deleitándose en ella.

8. m. p. us. Apetito sexual de los animales.

9. m. ant. Voluntad, consentimiento.

10. m. ant. Convenio o ajuste.

11. m. pl. Relaciones amorosas.

12. m. pl. Objeto de cariño especial para alguien.

13. m. pl. Expresiones de amor, caricias, requiebros.

14. m. pl. cadillo (planta umbelífera).








y tu mirá se me clava en los ojos como una espada

2.7.08

PARANOIA




Al fin he descubierto lo ke nos distingue de las bestias. Las palabras, la manera de decir y de callar. Adivino lo ke hay dentro si alguien habla. Pero no sé controlarlo. Me dejo llevar por ello y me destrozo pensando en lo ké están pensando los otros. En lo ke no dicen, en lo ke se callan. En si se callan más de lo ke yo noto. En si se callan cosas ke no consigo averiguar. Me obsesiona la mentira. Ke me engañen. Me da miedo no saberlo. Ke me pille por sorpresa. Y empiezo a volverme loca. Analizo cada pausa. Cada respiración medio ahogada. Analizo las sonrisas, las miradas. ¿Debería preocuparme? Desconfío de cualkiera con el ke haya acertado en algún presentimiento. Puedo controlarlo durante el día. Me susurro varias veces ke tengo ke estar trankila. Ke hay personas ke mienten sólo una vez. Pero cuando estoy sola sé ke no puedo engañarme a mí misma, y ke todo el mundo miente. Ke nunka seré capaz de creer en las personas. Ke las bestias y los hombres nunca podrán entenderse, porke las bestias no mienten.







Kizá sólo tengo fobia a la mentira.

LOS LIBROS DE HISTORIA NO SON DE VERDAD

En una sociedad que hace apología del raciocinio, que critica las utopías y que no acepta idealismos, repetimos, a pesar nuestro, los mismos...