ASUNTOS LABORALES

Empieza a parecerme ridícula la ética profesional de este país. Supongo que es agrandar demasiado el círculo del que tengo constancia generalizar así, pero poco más puedo pensar basándome en la estadística. Quizás pudiera pensar que hay gente con algún tipo de justificación moral, pero aún así, no me cabe duda que el poder corrompe, o el miedo al poder. No dar el brazo a torcer cuesta lágrimas. La posición cómoda del sofá vuelve a aparecer, en otro contexto, pero con la misma claridad metafórica que los otros días. Ojos que no ven... corazón hipócrita. Mirar para otro lado. Cruzarse de brazos. Hacer oídos sordos. Es fácil representarlo con frases hechas, no hace falta ni siquiera recurrir a la dialéctica. Me produce vergüenza. Lástima. Qué pocas ganas de traer al mundo a nadie. En momentos como estos te preguntas si no habría una manera de luchar, de pelearse contra la estupidez humana. Haces lo que puedes. Y tú tratas de poner al menos tu parte. ¿Qué pensarán cuando sean mayores? ¿Cuando vean que nadie se paró a pensar en ellos? Yo no tendría ganas de ser mejor persona.

No te quedes quieta. Sigue peleando aunque te saquen los ojos que yo te dejo los míos. Sigue luchando que no te vas a caer. Sólo tienes dos manos para arañar, pero un montón de piernas que te sostienen y, aunque sólo recibes tú las ostias, aunque otros las recibieron antes por ti y por mí y por los demás... Aunque sólo las recibes tú hoy, lo estás haciendo por mí y por los demás también. Y no podemos evitar el golpe pero sí tener la bolsa de hielo para por si acaso.

¿Estás sola? Puede. Estás sola en el momento importante. En el que te atacan a tu punto débil. Pero tú eres más fuerte. Y yo estoy tranquila porque sé que puedes enfrentarte a eso. Porque que sepas quién eres y por dónde no vas a pasar, te va a hacer salir ganando de todo esto. Y porque eres más grande. Y tienes alma. Y el corazón más grande que nadie ha tenido nunca metido entre las costillas, verde y mágico.

Te quiero siempre, niña. Siempre.